Relatos de una bruja II
Relatos
de una bruja en el mundo.
Capitulo II:
El origen de un mal Emergente.
U
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na
sola vez ame con el alma, y fue por causa de ese amor que soy este monstruo,
Gracias a ese hombre conocí a mi Dios, y pude ver la verdad del mundo que en
realidad es mundo, vivir de ilusiones es patético, en ocasiones veo a las niñas
hablar del amor, y percibo un recuerdo distante de cuando conocí a Ismael
Lorens, Un hombre hermoso que habría de enredarme sus brazos y hacerme sucumbir
en su aliento, en sus ojos hermosos que parecían el cielo en un solsticio de
verano, con unos labios carnosos que me erizaban la piel, este hombre, fue y
será mi gran amor, una espina clavada dentro de mi ser, causando la angustia
que me llevo al abismo.
Una
tarde de verano de 1217 en un pequeño pueblo olvidado por los años a las
afueras de Florencia quien sería la cuna del renacimiento, Una joven de
cabellos rubios y mirada de Atenea, cuyo porte era de reina vivía cómodamente
con sus padres en una pequeña villa familiar, no era ni rica ni pobre,
solamente vivía el día a día como toda joven de 18 años, pero esa tarde todo
había de cambiar cuando, de la nada se aparece un Joven de apariencia angelical,
este joven no era de ese lugar, Este joven provenía de una lejana ciudad llamada
Dinamarca, dicho joven venia huyendo de un tormentoso pasado que me hundiría
junto con él a la penumbra de un gran amor que había de ser el primero y el
único; Ismael Lorens Shaikok, era el hijo de una amiga Danesa de mi padre quien
había muerto asesinada por presuntos actos de brujería en su pueblo natal.
Mi
padre André Di Marco, decía Cuiden a Ismael como a un hermano mas, trátenlo
como de la familia pues si yo muero él y Andrea se encargaran de todos ustedes
mis queridos familiares y amigos de la villa Rosa, Este es mi nombre Andrea Di
Marco, la sociedad estaba envuelta en las cruzadas naciones tras naciones caían
y emergían a causa de la fe y la corona lo que causo que este presunto Danés
viniera a mí y a mi familia.
Los
días pasaron y los días se volvieron semanas y las semanas en meses, cada día
me enamoraba mas de ese chico cayado introvertido de lenguaje confuso y
arcaico, no podía creer como la vida golpeaba a unos tan fuertemente que los
llevaba tan lejos de sus tierras y sus seres queridos.
Un día
mi padre enfermó repentinamente, mi madre llama al médico de la villa Rosa
quien no sabía que decir, estaba entorpecido por una peste desconocida, sufría
de dolores y terribles pesadillas, días después llamaron al notario de la
familia y pidió que validara un nuevo nombre y firma a los datos de la familia
Di Marco.
Horas después mi padre murió sosteniendo mi
mano, fue en ese momento en el que me di cuenta que la vida pasa facturas a
todos, no a unos más que a otros, a todos por igual nos toca un jarabe de
sufrimiento, mi padre a diferencia de mi madre era un ser muy especial para mí,
estuvo en todos mis momentos y recuerdos felices, en cambio mi señora madre
siempre trato de hacernos ver bien para que un hombre nos desposara a mi o
alguna de mis hermanas y así asegurar nuestro supuesto patrimonio como la mujer
de alguien.
La
muerte de mi padre puso en luto a toda la villa de la Rosa, la Iglesia como
siempre se Hiso presente, el clérigo de la santa sede nos dio a entender que si
no éramos cuidadosos las plagas causadas por el pecado consumirían hasta sus
cimientos a la Familia Di Marco. Me aferre como los gusanos a un cadáver al
temple de Ismael para superar la perdida de mi padre, y fue allí cuando vimos
el horizonte desde el ocaso de las angustias y el sufrimiento mutuo que nos
amamos intensamente, me entregue en cuerpo y alma a Ismael. Siendo el heredero
de mi padre por su voluntad en la vida y la muerte seria quien desposara mi
mano para casarnos y ser la cabeza de la familia Lorens Di Marco.
Cuando
cumplí 26 años de edad nos casamos en primavera ese día fue hermoso, vestida de
blanco mi amado Ismael me recibió en el altar, nos casamos bajo la mirada de
Dios, pasamos la luna de miel en una
cabaña en el bosque, alejada de todo el mundo, mi familia feliz volvió a la
villa de la Rosa, mientras yo consumaba mi matrimonio entre las sabanas blancas
de armiño iluminada a la luz de la luna llena, estaba rojo enorme sentía que
podía tocarla con los dedos, el me dijo que esa noche todo en mi vida abría de
cambiar, que me haría madre y serie su digna conyugue hasta que la muerte nos
separara. Yo enceguecida de amor le permití que introdujera su semilla en mi
para que germinase el árbol de su fruto.
Estuvimos
tres días en la cabaña viviendo de vallas y los ricos productos de la
naturaleza, hubo un día en el que casi muero de miedo, Ismael saco una
Mandrágora de raíz y la puso bajo mi cama en la noche esa criatura extraña comenzó
a llorar como un bebe hambriento, mi sangre se helo mis pelos estaban de punta,
nunca imagine que un mito de esos fuera real, cuando le pedí que hiciera callar
a esa cosa me dijo, que su objetivo estaba completo, que si la mandrágora
lloraba en una noche de luna llena era porque en el lugar había una mujer
embarazada, yo me levante tome a esa cosa y la lance al fuego, en ese momento
sentí un dolor espantoso en mi vientre y comencé a sangrar, en ese instante me
desmaye.
Cuando
desperté estaba en mi alcoba en la billa de La Rosa mi madre y mis hermas
seguían un paso diligente en busca de atenderme, Ismael estaba en el estudio de
mi padre, sentado fumando de una pipa que no le pertenecía, su imagen se veía
serena, y me miro diciendo, lo que viste en la cabaña no lo cuentes jamás, como
mataste a la mandrágora la criatura se llevo el alma de nuestro bebe, yo estaba
muy enojada, así que lo abofetee muy fuerte, y le dije que era un ser maligno
una criatura de la noche como su madre, en ese instante un brisa fría, y un
aura funesta se proyecto en sus ojos amarillos que había de verlos rojos,
diciéndome sin mover los labios, no vuelvas a mencionar a mi madre con esa
sucia boca.
Me
apretó la mano fuertemente se levanto y medio, la espalda, en ese momento caí
de rodillas al piso y recordé lo que clérigo me dijo, Días después dos de mis
hermanas enfermaron, mi madre comenzó a enloquecer, pude ver como comía de las
sobras de los puercos, mis tías y tíos se preocuparon tanto que tuvieron que
amararla a la cama, un día en el medio día, una de mis dos hermanas murió
desangrada sin explicación, horas después la otra también murió, estaba abatida
por la tragedia pero yo a diferencia de los demás había de descubrir el secreto
obscuro que habitaba dentro de mi amado.
Hicimos
los debidos actos de presencia, en honor a sus almas, Eleonor Di Marco, Alec Di
Marco jóvenes hermosas quienes perecieron antes de alcanzar la belleza y la
madures debida, no conocerían el amor de un hombre y la virtud de ser madres,
eso creí en ese entonces.
EL
clérigo vino a mi diciéndome, te lo dije tu familia habría de consumirse desde
sus cimientos. Tu madre ha enloquecido dos de tus hermanas muertas que has de
esperar para sacar el pecado de tu vida, en ese momento mire sobre la gran
escalinata del salón principal y vi esos terribles ojos amarillos entre la
penumbra de una tarde de dolores desarraigados, pose mi mirada en el Clérigo de
nombre Antuan y dije, salga de mi casa no tiene nada más que hacer acá.
Así lo
hiso se retiro y me dijo Dios aun tiene salvación para tu alma. Al día
siguiente mi esposo salió de casería con mi Hermano menor, y yo me dispuse a
matar una curiosidad que me llevaría a la muerte eterna. Cuando Ismael llego a
la casa mi padre le asigno una habitación, una habitación que desde su llegada
a la casa nunca volvió a abrirse una habitación cerrada por dentro y por fuera,
¿qué secretos obscuros me aguardaban allí?
Era una muchacha muy temerosa, tímida ante estas cosas dolorosas.
Tome
un antiguo mazo de llaves que se encontraba en la alcoba de mi madre, y busque
una por una entre el oxido de las que estaban buenas y las que estaban dañadas,
tratando de encontrar como la aguja en
el pajar la llave que me daría la libertad para librarme de un presentimiento
inerte que daría fin a los horrores que en mi reducida familia estaban pasando.
Al ver
que era inútil lo que hacía, tome un martillo y tire a golpes el picaporte
trabado, cuando entre al cuarto una brisa fúnebre entro en todo mi cuerpo, era
una sensación de pérdida como la experimentada cuando lance al fuego a esa
mandrágora chillona. Vi cosas espantosas desde que entre allí, una estrella de
5 puntas adornaba la pared en su majestuosidad con el rostro de un carnero en
medio encerrado en un círculo de transmutación, había seres pequeños dentro de
botellas y frascos de cristal, y Una plantación de Belladona como para matar
toda Europa.
Sus
libros negros ordenados en repisas iluminado por velas que al parecer no podían
extinguirse, fue allí cuando seguí escudriñando en la privacidad de su obscuro
secreto y mire una repisa con pequeños muñecos de madera tallados a mano, con
el rostro de todos los integrantes de la Familia Di Marco. Si esto no es
brujería, nada de lo que practicaría en mi vida lo seria.
Cuando
decidí salir del cuarto accidentalmente tropecé con un cofre de metal con un
cerrojo de oro, al abrirlo mire una pintura en lienzo doblada cuidadosamente en
su interior, perfumada con rosas y claveles de otoño, seguí buscando y encontré
una peineta que sostenía un montón de cartas con fechas cercanas a la llegada
de Ismael y a su presente en Florencia. El contenido de cada carta fue muy
revelador, el mantenía una relación en Dinamarca mientras estaba conmigo.
No era
el hombre que decía ser, era una especie de demonio detenido en el tiempo quien
había cometido el error de enamorarse de alguien, y mientras lo hacía creo tal
conmoción en Dinamarca que no tubo más opción que huir a tierras extrajeras,
por medio de un embrujó vino a mi padre mintiéndole sobre su madre que nunca
existió, y sobre su vida que dejo de existir cuando le entrego su alma a
Satanás, mi padre inocente sin saber tal atrocidad accedió a los deseos de
quien nos llevaría a ruina y a la extinción de un estirpe olvidado por los
años.
Estas
cartas iban dirigidas a una mujer llamada Esmeralda Katar, quien en su vida
potencial también era una bruja, de origen desconocido, ella llevo a la ruina
pueblos y ciudades de Dinamarca en la época de las cruzadas, cuando la iglesia
ponía sus sucias manos en el mundo, en sus últimas ilustraciones en letra
Cursiva casi perfecta le pedía que por favor viniera la villa de la rosa porque
ya había de deshacerse de mí, que no sería una amenaza para ella pues él jamás
me amaría como él la amaba a ella.
Mi
ruina llego en el momento en que disidí amarlo, era un amor maldito podrido,
que me consumía las entrañas, a pesar del desengaño y el sufrimiento aun
existía un sentimiento de fascinación por aquel Danés sin corazón que me robo
el alma.
Al
terminar de leer las cartas tome uno de sus libros obscuros y lo lleve conmigo,
ya era tarde, mi hermano y mi esposo aun
estaban ausentes. Al poner todas las cosas de su habitación en orden me
enfrasque en una de determinación muy molesta por no poder reparar el daño
causado a la puertea. Visto de ese modo trataría de persuadirlo en todo momento
de ir allí, hasta que arreglase el problema con el cerrojo.
Si
Ismael se daba cuenta que había violado la santidad de su lugar privado, me
mataría no solo a mí, si no a lo que quedaba de mi familia. Ver morir mas de mis
seres queridos seria una atrocidad aun mayor que morir en sus manos, Al caer la
noche mi Esposo llega con mi hermano Adriano lograron capturar barios patos y
conejos. Adriano se dirige a tomar un baño caliente mientras mi esposo se dirige
a la cocina atravesando los dos grandes
salones, pasando por el comedor hasta llegar a su destino, mi madre de cierto
modo había logrado desatarse, con un cuchillo en las manos estaba sentada, ida
entre la penumbra de las velas como si en sus ojos no quedara más que un
pequeño rayo de luz extinguiéndose en el olvido.
Ella
le dijo a Ismael, <<¡¡Tu demonio déjanos tranquilas!! ¿Hasta cuando vas a
seguir dañándonos? “Me has enloquecido has traído plaga y muerte a mi familia”
pero Dios me ha liberado de tu embrujo y Dios te sacara de nuestras vidas, no
te atrevas a tocar a Adriano porque volveré de la muerte y te arrastrare al
mismísimo infierno>> Yo estaba inmóvil no podía creer que mi madre desde
la locura pudiese saber tal acontecimiento, Ismael responde cruelmente, <<Tu
no conoces el infierno, no tienen ni la mas mínima idea de que es el infierno,
si quieres saber yo te mostrare la divinidad de mi paraíso en llamas te hare saber
que es el verdadero dolor>> en ese momento sus ojos amarillos se tiñeron
de rojo, y cual hoja expuesta a los vientos hiso levitar a mi madre golpeándola
contra el techo y las paredes.
Cuando
la creyó muerta la dejo caer al suelo, fue allí cuando mi madre se levanto
nuevamente enterrando su cuchillo en el pecho de su agresor, lo cual lo hizo enojar
tanto que lo extrajo de un zarpazo y la decapito ante mis ojos. De inmediato su herida mortal comenzó a sanar
pero había perdido mucha sangre, yo estaba inmóvil ante la masacre que había
presenciado, el se sentó por unos instantes, luego vino a mí y me dijo con sus
ojos aun rojos <<¡¡Limpia este desastre!! “toma su cuerpo y lánzalo a los
cerdos” dale de comer a los peros, pero desastre de ella, quiero que sepas que
esto pasa cuando las personas estúpidas cometen hazañas estúpidas, y su error
principal fue enfrentarme anticipando su muerto misma, solo te digo que si en
algún momento decides enfrentarme este será tu destino, ser comida por las alimañas
o algo aun mucho peor. (Algo mas) no te preocupes por Adriano, pues he de
cuidarlo y atenderlo como un hijo bajo mi tutela y la de mi amada Esmeralda
quien ha de llegar pronto a la villa de La Rosa>>
Estaba
devastada, no solo por el hecho de tener que cumplir con su mandato, y lanzar a
mi madre a los cerdos, si que tendría que hacerme la absurda idea de ser la
segunda para él, pero esta vez no en secreto si no en persona, ver como la ama
mas a ella que a mí, limpiando el desastre de la cocina corte en pedazos con el
mismo cuchillo a mi madre, cumpliendo con las especificaciones de Ismael, vi
como los puercos devoraron cada parte de mi madre y se regocijaban en su
asquerosa putrefacción.
Esa
noche todo cambio para mi, corrí al lago
donde me sumergí como en un intento de lavar
mis culpas, y pedí clemencia a Dios, en un intento fallido de ser escuchada por
un cruel ser que me lo había quitado todo, fue inútil, ore pedí por horas ser
escuchada pero nada sucedió, regrese a la casa y recordé que había tomado uno
de los libros negros. Era media noche, la luna estaba en su punto más alto,
subí a la cornisa de la Gran casa y abrí el libro, estaba escrito en arameo, no
entendía nada de lo que decía, solo le pedí a cualquier espíritu o entidad de
la noche que escuchara mi llamado.
Nada
salió como esperaba nadie vino ante mí, eso fue lo que creí. Baje en la madrugada del tejado y fui a mi
habitación, estaba desolada muy afligida, Ismael me esperaba desnudo en la cama
con un ansia de lujuria y deseo que me abrumaba, escondí el libro en el corcel
de mi vestido, el me llama y dice << Ven a mi Andrea deseo estar contigo
una última vez>> y así fue,
hicimos el amor hasta el amanecer, el me tomo con fuerza entre sus brazos y me
estrujaba con pación desaforada quemándome en las llamas de su pasión demoniaca.
Muy
temprano me levante mande llamar un cerrajero mientras el dormía para reparar
el daño de la puerta. Camine despabilada a la luz de la mañana repasando paso a
paso lo que paso esa noche. Mis dos hermanas pequeñas me preguntan por mi
madre, no supe que responder, les dije <<Pronto vendrá otra mujer a la
casa, esta mujer no es buena pero tampoco es mala, hagan lo que hagan no la
miren no la toquen no respiren su mismo aire>> ellas se asustaron y
fueron con mis tíos que Vivian en la misma villa.
Despavoridos
acudieron a la casa, yo los eche automáticamente, les dije que mi madre estaba dormida y no
quería ver a nadie, Adriano terminaba de despertar cuando escucho el escándalo,
fue busca de Ismael quien se despierta con un genio terrible, Ismael bajo las escaleras
de manera serena dejando a su paso una esencia divina, un perfume similar al
olor de la misma belladona, con sus ceremoniosos pasos conservaba su bata de
seda y camino desde la escalinata a la sala principal tomando de la mano a mi
hermano Adriano.
El me
pregunta directamente, ___ ¿Que creen que
hacen a estas horas del día? ¡¡Acaso será su intención perturbar el sueño de quienes descansan!! O
quizá quieran dañar el día de quien se levanta a la hora que propicia. “Esto es
de muy mal gusto” mejor porque no regresan mas tarde y hablamos cuando esté en
condiciones…
Con
una mira fría en sus ojos convenció a mis tías de marchase, pero al despedirse
le dio un beso en la mejilla a cada una, sentí nuevamente esa briza fúnebre que
experimente al entrar a la habitación de la obscuridad, otra catástrofe esta
por aproximarse a la familia Di Marco. Ismael nos ordeno a mis dos hermanas y a
mí que ordenáramos la gran casa, que buscásemos a alguien para ayudar pues
Esmeralda Katar llegaría a almorzar ese día.
Continuara...
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